lunes, 11 de mayo de 2009

Homo Economicus



Hay una profesión que ha quedado desprestigiada con esta “crisis”: los economistas. Salvo honrosas excepciones, el error en el análisis esencial, a saber, diferenciar las pérdidas del negocio base versus las de los instrumentos financieros derivados, llevó a calificar esta crisis -sin siquiera ponerse colorados- como la peor desde la Gran Depresión. Esto, sumado al aporte de los políticos, provocó una bola de nieve que terminó en un caos que finalmente afectó al sector real de la economía. Una analogía con la reciente gripe porcina podría aterrizar muy bien el punto.

El análisis errado se explicaría en parte por la propia naturaleza de los derivados, de difícil comprensión para el común de los mortales, y el alto grado de leverage que poseen, haciendo que la suma de sus nocionales den cifras de locos, varias veces el PIB del mundo (sólo los Credit Default Swaps suman aproximadamente el PIB mundial). ¿Qué pasaría si, por ejemplo, por Decreto Supremo se anularan todos los derivados que existen? ¿Cree Ud. que el consecuente mayor riesgo -tras la eliminación del hedge- haría que el PIB mundial se fuera a cero? La forma en que se liquidan lleva a netear resultados entre las partes, es decir, ocurre una trasferencia de riqueza. La separación que había en Estados Unidos entre los bancos de inversión y los comerciales impedía, en teoría, que una institución financiera con pérdidas por derivados interrumpiera la cadena de pagos en el sector real; en la práctica, dicha separación era algo difusa, por lo que la quiebra de empresas que participaban en el primer negocio tuvo asociado un nerviosismo extra.

Aclarado lo anterior, el problema se reduce al análisis del negocio base, las hipotecas subprime. Y éstas nunca estuvieron tan mal como para poner en jaque a todo el sistema financiero. La mayor incobrabilidad de estas hipotecas implicaría una pérdida adicional equivalente a 0,8% del PIB de EE.UU. Para ponerlo en perspectiva, supongamos un caso extremo en que la banca chilena asume un incobrable de 100% de las colocaciones entregadas al sector salmonero (unos USD 1.600 millones), ¿diríamos que todo el sistema financiero chileno se viene abajo? ¿No sería exagerar un poquito? El problema de los salmoneros en Chile es más grande, proporcionalmente hablando, que el de los créditos subprime en Estados Unidos. Así de claro. Por otra parte, un eventual precio del crédito barato, fuera de equilibrio, sí produciría una asignación no óptima de recursos, generando una pérdida social, pero en ningún caso para hablar de trillones de dólares, porque en definitiva lo que ocurrió es que se construyó una casa antes de su tiempo óptimo, pero el activo no se esfumó, sigue ahí.

Por suerte la luz al final del túnel se empieza a notar. Y con fuerza. A tal grado que ya se empieza a hablar abiertamente de recuperación. Que la excesiva prudencia o el pesimismo no le resten importancia a los datos anteriores y se magnifiquen las cifras malas. Es que no hay peor ciego que el que no quiere ver, especialmente cuando los aplausos son más grandes para el predictor de calamidad que para el que anuncia buenas nuevas.

Si hay una moraleja de esta crisis es que el Homo Economicus seguirá evolucionando. Es que Darwin tenía razón… económicamente hablando, por supuesto.

1 comentario:

Xavier dijo...

Hola, a proposito de crisis recurrentes, y a proposito de documentales como money as debt y the money masters, no se si los has visto, son interesantes hasta cierto punto ya que tampoco son muy precisos y al parecer tambien desvirtuan la realidad. El punto es, no será que al fin y al cabo el dinero no debiera ser creado teniendo a un banco como intermediario con los intereses asociados, sino como un instrumento que circule libremente para realizar transacciones y que no tenga que ser devuelto? Buscando informacion sobre esto encontre lo que ocurrio en Worgl Austria en 1932 un sistema que fue un exito y que paradojicamente se derrumbo "gracias" al banco central