martes, 4 de marzo de 2008

El Arte de la Guerra


Las últimas turbulencias en el barrio latinoamericano protagonizadas por Colombia, Venezuela y Ecuador dan pie para una serie de análisis que buscan explicar, justificar, inculpar o anticiparse a posibles desenlaces, dentro de los cuales, en un extremo, podríamos considerar algún conflicto bélico.

Pero tal como lo plantea Sun Tzu, “todo arte de la guerra se basa en el engaño, porque el supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin la necesidad de luchar”. En ese sentido, las señales que cada participante entrega cumplen un papel importante. Y ciertamente que ya hemos visto varias: declaraciones de envío de tropas, cierre de fronteras, acusaciones a tribunales internacionales y rompimiento de relaciones, entre otras.

Según la teoría de juegos, la presente situación podría ser modelada en un juego de múltiples etapas en la que cada participante va decidiendo sus movimientos en función de lo que va haciendo el otro. Los distintos escenarios finales entregan los retornos respectivos a los distintos agentes. Particularmente en este caso, hasta ahora, la dificultad radicaría en evaluar tales retornos. Con todo, suponer que el escenario bélico tiene asociado solamente costos a las partes involucradas, monetarios y no monetarios, dada la inexistencia de un “premio” aparte del “honor”, parecería razonable, lo que llevaría a asignar una baja probabilidad a este evento.

Incluso aunque a veces la irracionalidad domine al hombre que toma las decisiones, el juego se puede ampliar y tornar más complejo con la entrada de nuevos participantes. Esto, sin duda, todo jugador inicial lo sabe.

Napoleón, Maquiavelo, Mao Tse Tung y otros personajes de la historia tenían claro lo que planteó Sun Tzu: “la mejor victoria es vencer sin combatir. Esta es la distinción entre el hombre prudente y el ignorante”, aunque no siempre lo lograron llevar a la práctica, conscientes o no de ello.

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