martes, 12 de febrero de 2008

Cuarenta años perdidos


Mientras el mundo en general avanza, África se queda atrás. Aislada de todo el mundo, su ingreso per cápita real hoy es casi el mismo que el de hace cuarenta años y la extrema pobreza se ha duplicado en los últimos 25 años, pasando de 164 millones en 1981 a 303 millones en la actualidad, la población completa de Estados Unidos.

Consideremos el caso de Nigeria. La edad media son 16 años, una de las más bajas del mundo, asociada a una esperanza de vida que no supera los 47 años. Una mujer tiene 7,19 hijos en promedio, la tasa de fertilidad más alta del mundo (sólo el 8,2% de las mujeres utiliza algún método moderno de control de natalidad), lugar que también se repite para embarazos de mujeres entre 15 y 19 años.

Menos de la mitad de la población relevante va al colegio, lo que trae como consecuencia directa que el 71% de la población adulta sea analfabeta. Y es el país con menos doctores en el mundo (como porcentaje de la población).

Corregido por paridad de poder de compra, el producto interno bruto de Nigeria es uno de los más bajos del mundo, con un índice de 2,7, mientras Estados Unidos tiene 100. El 40% de su economía depende de la agricultura.

¿La solución? Los expertos coinciden en estabilidad macroeconómica, apertura externa, competencia y solidez de las instituciones. Sí, entre más grande es el problema, parece que más general y obvia resulta la solución, la que a veces se confunde con los mismos efectos. Y el cómo sigue siendo el paso olvidado.

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