jueves, 26 de julio de 2007

La grandeza de la humildad


Hace tiempo que no me emocionaba con algo visto en la T.V. Un sencillo hombre, vendedor de celulares, dio una gran lección en la búsqueda de un sueño. Paul Potts se presentó a un concurso que busca talentos en Reino Unido. Su apariencia, más allá de lo físico, reflejaba una serena humildad, la que se potenciaba con su timidez. El exigente jurado lo miró con cierta indiferencia, preguntándole casi irónicamente qué cosa iba a hacer. “Cantar ópera”, respondió. Paul empezó a cantar desde el corazón. Su pasión llenó el estudio y contagió al público. Los miembros del jurado se miraban entre sí, incluso uno de ellos se emocionó hasta las lágrimas.

Sin duda que el talento existía, aunque escondido a la vista de muchos que se basan sólo en apariencias. Paul logró su sueño, seguramente creyó que era posible alcanzarlo y luchó por ello, siempre con los pies en la tierra. Una lección para buscar nuestros talentos escondidos y tener las ganas de explotarlos, pero siempre con humildad, ya que, como dice San Lucas 14:11 “Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido”.

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